PROTAGONISTAS

ALAIN
DAMAS

tenor especializado en ópera y musicales
Este tenor lírico es la viva imagen de la renovación. Afincado en España tras nacer en Francia y estudiar en Venezuela, este polifacético alumno de Teresa Berganza ha ido redirigiendo su carrera a lo largo de los años en función de diversas situaciones e inquietudes, como el musical, el teatro o la musicología. Nominado por su papel como el Sha en el musical El Médico, actualmente afronta su carrera impulsado por nuevas metas planteadas en la pandemia, como su proyecto Siete Estrellas, dedicado a la recuperación de obras históricas.
Alain Damas
foto: Gianni Salma
«AÑORO que los teatros principales de aquí cuenten con más artistas españoles en los roles protagonistas»

¿Qué significa para usted la frase «No hay cultura sin cultura musical»?
Aparte de ser el lema de mi colegio en Caracas (Venezuela), creo que es algo completamente cierto. Creo que debemos tener una cultura musical, no sofisticadísima e intelectual, sino, por lo menos, tener la apertura a recibir la música y tener la flexibilidad de interpretarla desde un sitio libre y creativo propiamente nuestro.

Usted cantaba en el coro del colegio. ¿Cómo le influyó esa experiencia?
Desde pequeño estuve involucrado en el mundo musical y artístico del colegio porque el centro tenía un conservatorio dentro. Aparte, tenía una asignatura de música. También participé efectivamente en el coro del colegio. Creo que esta es una manera no solamente de sensibilizar a uno sino también de crear armonía en cuanto al entorno, y en el coro eso es precisamente lo que se hace: eso a uno lo educa estupendamente para la vida, porque somos seres sociales.

Sin embargo, en el ámbito coral amateur estamos observando una reducción en la cantidad de hombres que cantan. ¿A qué cree que se debe?
Pues no lo sabía, pero creo que en pleno siglo XXI el hombre debería estar abierto a este tipo de actividades. Sinceramente, no sé por qué ocurre esto. No sé si es por una cuestión laboral, de falta de tiempo o por una cuestión machista. Puede ser que la mujer sea mucho más flexible a lo que es estar abierta al aprendizaje. Creo que el hombre se está quedando atrás.

«Debemos tener una cultura musical; por lo menos la apertura a recibir la música y tener la flexibilidad de interpretarla desde un sitio libre y creativo propiamente nuestro»

Usted estudió Derecho. ¿Cómo fue el momento de dejarlo todo por la música?
Dentro del Derecho me gustaba mucho la rama de Internacional, que era mucho menos crudo, pero cuando tuve la experiencia dentro de un tribunal penal me di cuenta de que era bastante duro para una persona como yo, que tenía esa sensibilidad musical y artística en general desde pequeño. Así que siempre me sentí un poco desubicado con lo que estudiaba.

Una de sus grandes maestras fue Teresa Berganza en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Cuéntenos cómo fue esa experiencia.
Lo que más me ligaba ella es que, por encima de todo, es una artista, una mujer con una sensibilidad muy especial, con una manera de abordar la música desde la palabra, la variación temática… es decir, daba a la música una gran riqueza interpretativa. Eso es algo que yo también he intentado desarrollar en mi música, que parta realmente de mi propia personalidad, que sea más genuina. Esa libertad creativa me la dio ella, ese continuo incentivo para que yo hiciera cada frase musical de una manera distinta, que profundizara en el estudio de la partitura y en el ámbito histórico. 

Usted nació en Francia, se crio y estudió en Venezuela, pero su debut musical se produjo en escenarios españoles, tanto en el Teatro Real como en el Teatro de la Zarzuela. ¿Qué significó esto para usted?
En primer lugar, en el Teatro de la Zarzuela hacía un personaje protagonista y eso fue una oportunidad importantísima. Además, se rescataba una obra que se llamaba La Celestina, de Joaquín Nin-Culmell, el hijo de Joaquín Nin, el compositor de música española tan conocido aquí. Aparte, fue un estreno mundial. Así que tuve la satisfacción, no solamente de debutar aquí, sino que además estrenando esta obra 100% española y, además, contemporánea. Para mí eso fue bastante importante.

Ha trabajado con directores de primera línea como Rilling, Hogwood, Savall, López Cobos, García Asensio… ¿Quisiera destacar algún aspecto especial de alguno de ellos?
En el caso de Hogwood, era una persona que sabía bastante bien lo que quería desde que llegaba los ensayos. Lo tenía todo muy bien precisado. Eso es un reto. En este caso, había que satisfacer lo que él requería y precisaba de la partitura. En el caso de Rilling, es un especialista en el repertorio de Johann Sebastian Bach y para mí eso fue una experiencia maravillosa, casi metafísica. De los españoles, por ejemplo, López Cobos era una persona muy delicada, pensaba que la música no solo era gritar sino también hacer música a través de los silencios, de lo que es toda la parte interpretativa.

Además de la cualificación musical, ¿qué echa de menos en la formación de los artistas?
Lo he dicho muchas veces: el artista debe tener también una educación financiera sobre su economía, qué hacer con las ganancias, cómo reinvertirlas, cómo llegar a ser una persona próspera con el manejo de lo que va ganando… porque esta carrera tiene muchos altibajos.

Alain Damas
foto: Gianni Salma

En una ópera o un musical usted debe cantar y actuar. Además, es realmente polifacético ya que adapta su voz a cada género. ¿Cómo valora esa ductilidad?
Para mí es importantísima porque principalmente el canto es un acto muy fisiológico, muy corporal. En el canto lírico uno lleva la voz a extremos dentro de su registro; también para todo lo que es la parte de floritura, de adornos, tenemos que tener una gran agilidad, un estudio profundo de la partitura y adecuar la parte física a las exigencias de la música. Cuando vamos a la parte actoral, sin embargo, para interpretar el personaje tenemos que limpiarnos de cualquier gesto físico facial que tenga que ver con las notas, es decir, que no se vea en nosotros la dificultad técnica para abordar un personaje, sino que el espectador le vea ya hecho, que no se vea toda la labor de cocina anterior. Nuestro reto es que todo lo que hay dentro de la emisión vocal sea recibido por el público de una manera muy natural, como un gesto que esté dentro del gesto dramático más que dentro del gesto técnico.

En Venezuela realizó diversos papeles como actor de teatro y hace dos años fue nominado como mejor Actor de Carácter en los XII Premios Teatro Musical 2019 por su papel como el Sha en El Médico, el musical. ¿Qué le aporta el teatro musical frente a la ópera y viceversa?
El proceso de ensayos dentro de un musical es mucho más riguroso porque se busca más la naturalidad de la actuación. Tal vez encuentres la grandilocuencia de la ópera en un musical, pero desde otro punto de vista. Las actuaciones tienen que ser más reales, más cercanas a lo que es una actuación natural. Es un lenguaje distinto. Está más ligado a la actuación teatral que a la ópera misma.

«En la ópera puede haber una renovación en la interpretación, en la manera de llevarla a escena, en utilizar nuevos recursos técnicos, pero creo que es más importante una educación musical»

¿Cómo influyó la pandemia en su trabajo musical?
La importancia era simplemente que no podía trabajar (risas). Ahí me di cuenta con más énfasis que debía tener una educación financiera y económica para pasar por estos embates. Fue como un reencuentro conmigo mismo, con lo que yo venía haciendo hasta ese momento. Eso me ha llevado a la reflexión, a considerar que a mí me encanta dirigir también dentro del teatro, a crear mis propios proyectos, que es lo que estoy desarrollando ahora: llevar grandes óperas a pequeños formatos; las escribo yo con una línea dramática, con un actor que va llevando toda la ilación. Tengo una pequeña empresa que hace este tipo de eventos.

El mundo de la ópera posee múltiples clichés que se vienen arrastrando desde hace siglos. ¿Cree que este sector se está renovando? ¿Cómo ve su futuro?
Lo que es en el repertorio operístico sí que puede haber un movimiento de renovación del arte lírico en general, pero las óperas son las mismas. Realmente lo que puede haber es una renovación en la interpretación, en la manera de llevar a escena todas estas óperas, en utilizar nuevos recursos técnicos de iluminación, de proyecciones, de 3D, todo este tipo de cosas. La renovación está allí, pero realmente creo que es más importante una educación musical, que la gente sepa que hay un género que tiene sus raíces en la tragedia griega de hace muchos siglos que expresa valores estéticos de nuestros ancestros. Esa educación tiene que estar presente, aunque no sea una innovación tecnológica revolucionaria, sino que tiene que ver con nuestra cultura, con nuestra formación y con nuestra sensibilidad humanística.

Alain Damas en un momento del musical
Uno de los mayores hitos en la carrera de Alain Damas es el éxito de la gira del musical ‘El Médico’, en el que interpretaba al Sha. | foto: Nacho Arias

¿Con qué repertorio se siente más cómodo?
A la hora de interpretar, me quedo con todo el repertorio que me inspire y que sea un reto para mí. Si tuviera que elegir, me quedaría con Haendel, con sus óperas. Esto es un tema que aún tengo pendiente porque nunca he cantado una ópera suya. También el musical me está gustando bastante. Estoy abierto a cualquier cosa.

¿Cómo es el público español?
Creo que es bastante receptivo, le encanta la música e inmediatamente se engancha. En los conciertos responde desde el primer momento. También depende de las zonas de España (puede ser más o menos efusivo), pero, en líneas generales, tiene una gran sensibilidad musical.

Usted ha participado en innumerables festivales por todo el mundo. ¿Cómo describiría el nivel de los festivales españoles?
¡Es fantástico, extraordinario! Lo que añoro es que los teatros principales como el Liceo de Barcelona, o el Teatro Real cuenten con más artistas españoles en los roles protagonistas. Es una necesidad que tenemos en este país.

A través de su proyecto Siete Estrellas está realizando toda una labor musicológica de recuperación de obras de carácter histórico. ¿Qué le hizo lanzarse a esta aventura?
Desde hace un tiempo se venían haciendo grandes óperas en pequeños espacios. Me pareció que esas óperas eran excesivas, que necesitaban una espacialidad concreta. Pensé que había muchas obras de cámara que podíamos llevar a esos pequeños recintos, que sería mucho más adecuado y que, además, haríamos un trabajo de rescate de toda esa música. Eso es lo que me llevó a montar esta empresa no solo de adaptaciones de óperas, sino también de óperas de cámara.
La verdad es que la dramaturgia siempre me ha llamado mucho la atención. Hice una obra que tenía que ver con Chopin y George Sand y su estadía en Valldemossa a través de Un invierno en Mallorca, el libro que escribió Sand. Hice ese acercamiento con mi primer espectáculo, el primero escrito por mí, que duraba una hora y media. Fue muy conmovedor, realmente.

«Teresa Berganza me dio la libertad creativa, ese continuo incentivo para que yo hiciera cada frase musical de una manera distinta, que profundizara en el estudio de la partitura y en el ámbito histórico»

Comenzamos ahora una ronda rápida de respuestas flash. La primera de ellas: un hito irrepetible de su carrera.
Evidentemente, el día que estrené en el Teatro de la Zarzuela La Celestina, de la que hemos hablado antes. Pero como hito resaltaría el exitazo musical que hemos tenido con El Médico de gira. Fue increíble a nivel de público y de receptividad.

No se pierde un concierto de…
Te parecerá mentira, pero un concierto del grupo Eels.

¿Qué música escucha en su día a día (en el coche, en casa…)?
¡Me escucho mucho a mí mismo! Soy un poco obsesivo en ese sentido, pero es por autocorregirme una y otra vez. La verdad es que escucho todo tipo de música. También escucho mucho la radio.

Un reto musical por cumplir.
Quisiera cantar la ópera Sémele de Haendel, pero realmente lo que más quiero es grabar un disco de jazz𝄂

por María Sendino
MUNDO CORAL Nº II