LOS CUATRO PÉTALOS
DEL CANTO CORAL
«Nosotros tenemos la suerte de que como el canto coral es una actividad pasional que nos sale de lo más profundo, lo sentimos como una vivencia siempre positiva»
¿Qué es el chamanismo? Si buscamos esta palabra en el diccionario encontraremos que es el conjunto de creencias y prácticas relacionadas con los chamanes. Etimológicamente el término chamán proviene del idioma tungus de Siberia y se traduce como «aquel que sabe». Pero en la conciencia popular existe la creencia de que un chamán es un brujo o un loco de carácter extravagante y no siempre con buenas intenciones. Cuando conoces, como me pasó a mí, a un verdadero chamán, un ser espiritual conectado con el resto de seres, en armónica relación consigo mismo y con todo lo que le rodea, con varias carreras estudiadas, un auténtico maestro que nunca para de aprender cuando enseña, capaz de ver mucho más de lo que nos dicen nuestros sentidos, capaz de sanar en el sentido más emocional de la palabra, que ha recorrido el planeta con sus ponencias, cursos, actividades vivenciales, investigador incansable de la esencia humana y te das cuenta de que estás ante un verdadero psicólogo / sociólogo / coach / programador neurolingüístico / terapeuta emocional que vive en constante conexión con la energía de la naturaleza pero a la vez con un ser humilde rebosante de amor, vas cambiando de idea.
El chamanismo puro es una corriente espiritual y vivencial que se postula como una grandísima herramienta de crecimiento espiritual y personal que te ayuda a vivir con mayor plenitud en conexión contigo mismo, con el resto de los seres y las fuerzas y energías que nos rodean. Y esta corriente nos habla de cuatro caminos o pétalos que salen de lo más profundo de nuestro ser y que vamos recorriendo de muy distintas maneras a lo largo de nuestra vida: el Camino del Maestro, el Camino del Sanador, el Camino del Guerrero y el Camino del Vidente.
Todos conocemos a muchas personas que nos enseñan, de las que aprendemos constantemente. Nos atraen por su sabiduría y nos encantaría saber tanto como ellas. El verdadero maestro no para de aprender de sus alumnos a la vez que les enseña. Es un ciclo vital que no tiene fin. También reconocemos a las personas que nos sanan. No solo las que curan nuestro cuerpo cuando nos falla, sino también a las que nos hacen sentirnos bien cuando están cerca. El sanador tiene la capacidad de sanarse a sí mismo y a los seres que le rodean, cuando interacciona con los demás o simplemente cuando se presenta con su energía. El guerrero es la persona luchadora, capaz de enfrentarse a los retos más vertiginosos, de tomar decisiones en los momentos claves de su existencia. Y el vidente es la persona que ve y siente más allá de lo que le está presentando la evidencia de sus sentidos. Es capaz de reconocer los estados de ánimo y la energía de otros seres y tiene muy a menudo un planteamiento distinto en el porqué y en el para qué de las situaciones que le presenta la vida.
«Es labor de los profesores hacer que los cantantes de coro sintáis que estáis andando estos cuatro caminos de desarrollo personal que acaban en crecimiento coral y experiencia vivencial a través de la música»
Todos andamos día a día estos cuatro caminos de crecimiento, y ese recorrido y la mayor o menor consciencia con la que lo hacemos nos define como los seres humanos que somos. No todos los caminos se recorren con la misma intensidad ni en todos se avanza a la vez. Y es una labor difícil pero apasionante mirar dentro de nosotros mismos y ver qué camino de todos estos es el que más hemos recorrido en la vida y cuál o cuáles hemos andado menos o muy poco. Sería un buen ejercicio personal reconocer la palabra que más nos identifica de las cuatro y la que menos. Y después, si así lo deseamos, plantearnos un recorrido equilibrado en los cuatro caminos.
Pero… un momento. ¡Si a mí me habían pedido un artículo para la revista de la Sociedad Coral de Madrid! Si es que esto de no parar es lo que tiene. A ver si lo puedo arreglar, veamos… Vale, como aquí estamos tratando de canto coral, ¿qué tal si aplicamos estos conceptos a lo que nos ocupa en la Escuela Coral de Madrid? Propongo una breve pero intensa reflexión sobre estos cuatro pétalos aplicados a nosotros mismos desde esta pasión que tenemos por cantar.
AUTOCONCIENCIA Y APLICACIÓN DE LOS CUATRO PÉTALOS

EL MAESTRO
¿Cómo estamos llevando el aprendizaje del canto coral? ¿Qué tales alumnos somos? ¿Nos aprendemos las obras bien, a conciencia, o con alfileres? ¿Tardamos mucho en hacerlo o en el tiempo normal que nos proponen nuestros profesores? ¿Somos de los primeros en aprenderlas o de los últimos? ¿Corregimos nuestros errores o casi siempre los volvemos a repetir? ¿Podríamos enseñar a los compañeros si nos lo pidieran?

EL SANADOR
¿Qué supone esta actividad en mi vida? ¿Qué beneficios tiene para mí cantar y hacerlo en un coro? ¿Me ayuda a sentirme mejor, me desconecta del resto de mis rutinas y actividades semanales? ¿Cuando la gente me escucha, qué es lo que sienten? ¿Soy más feliz cantando y hago más felices a los demás cuando canto? ¿Cómo me siento al cantar?

EL GUERRERO
¿Soy capaz de enfrentarme a los retos que el canto coral me ofrece? ¿Me atrevo a reconocer mi voz y presentarla ante los demás? ¿Si tuviera que tomar decisiones como cambiarme de cuerda o tomar clases de canto o de solfeo, lo haría? ¿Y si la decisión fuera cambiar de coro o un «esto no es lo mío»?

EL VIDENTE
¿Puedo sentir las energías de mis compañeros? ¿Y los estados de ánimo que la música que canto produce en mí y en el resto de cantantes? ¿Qué tal armonía hay en mi grupo? ¿Tenemos todos las mismas vibraciones? ¿Soy capaz de reconocer mis verdaderas capacidades y también mis limitaciones? Porque a lo mejor pienso que no me sé las obras y sí me las sé, o pienso que canto muy mal y no es así o, todo lo contrario, me creo que soy el mejor cantante del grupo y tampoco es la realidad, o creo que me sé las obras y no doy una. Quiero decir, ¿hasta qué punto soy capaz de ver la realidad del canto coral que vivo?
Son solo cuatro párrafos, pero de grandísima densidad, ¿verdad? Nosotros tenemos la suerte de que como el canto coral es una actividad pasional que nos sale de lo más profundo, lo sentimos como una vivencia siempre positiva, y, a partir de aquí, es labor de los profesores hacer que los cantantes de coro sintáis que estáis andando estos cuatro caminos de desarrollo personal que acaban en crecimiento coral y experiencia vivencial a través de la música. Todos los que estamos leyendo este artículo sabemos que como cantar en un coro hay pocas cosas tan apasionantes en la vida.
Deseo que vuestros Pétalos Corales sigan creciendo día a día. █
Mi agradecimiento desde el corazón a Fer Broca,
chamán y maestro espiritual al que conocí hace unos años.