¿POR QUÉ CANTAR?

«Encontrar el sonido que nos identifique, nos defina y sea la herramienta perfecta para nuestra expresividad no es tarea fácil»

¿Por qué el ser humano canta? ¿Y por qué baila? ¿Y por qué dibuja? ¿Y por qué escribe o esculpe? No son necesidades básicas para la supervivencia y, sin embargo, le son inherentes desde hace miles de años (los antropólogos no acaban de concluir sobre esto…). El caso es que parece que la necesidad expresiva hacia fuera y la necesidad de sensaciones hacia dentro ordenan al humano cantar, entre otras cosas. 

Y tú… ¿por qué cantas? Y después de contestarte, piensa también: ¿cómo cantas? Imitando a otros, uniéndote a un sonido común, como buenamente puedes, fabricando un sonido, encontrando un sonido, guiado por la música o guiado por nada…

Creo que es importante reflexionar sobre todo esto, pues nosotros mismos somos los lutieres de nuestro instrumento vocal y los tañedores del mismo. Encontrar el sonido que nos identifique, nos defina y pueda ser la herramienta perfecta para nuestra expresividad no es tarea fácil, pero, en mi opinión, es fascinante; algo así como revolver entre nuestros cajones interiores buscando nuestra Voz (voz con mayúscula porque es única, como la huella dactilar).

Imagen de Maria Bayo en concierto
Nosotros mismos somos los lutieres de nuestro instrumento vocal y los tañedores del mismo. | Imagen de WikimediaImages en Pixabay

«El cuerpo nos va a dar las pautas naturales de nuestra voz y el idioma la herramienta a nivel de sistema nervioso para la articulación de los fonemas que acompañarán al sonido»

Partimos de algo que ya nos es dado hecho, nuestro cuerpo fisiológico y nuestro idioma de nacimiento, aprendido desde bebés. El cuerpo nos va a dar las pautas naturales de nuestra voz y el idioma la herramienta a nivel de sistema nervioso para la articulación de los fonemas que acompañarán al sonido. La forma de nuestro cuello, de nuestra cavidad orofaríngea, la caja torácica, la estatura, corpulencia, tamaño de la cabeza, maxilares, nariz, la longitud y grosor de nuestros pliegues vocales, la longitud del tracto respiratorio… todo ello determinará un color, un timbre, una capacidad resonante. Conseguir el equilibrio entre el tipo de sonido que emitamos y el que nuestro cuerpo sea capaz de sostener y manipular en fraseo musical será el objetivo de cualquier aprendiz de cantante. Pretender imitar la voz de otro o cantar por encima o por debajo de las posibilidades de nuestro cuerpo físico nos desviará del camino y sucederá (a todos nos sucede). Por ello, la guía de un profesor es esencial en este camino, así como la autoescucha, no solo de nuestro sonido, sino de las sensaciones que vayamos sintiendo en nuestra emisión, enfrentándonos a diferentes niveles de dificultad musical y vocal.

El ser humano canta de forma natural e intuitiva. | Imagen de Mohd Zuber Saifi en Pixabay

Así pues, me gusta plantear el estudio y práctica de la técnica vocal como un proceso de autoconocimiento consciente, sin que sea algo externo a nosotros o artificioso. Esto lleva su tiempo, y su energía y cada cual tiene su medida, no para todo el mundo es lo mismo. La paciencia y la perseverancia son cualidades esenciales para un cantante.

A mí siempre me ha gustado cantar, actuar, el escenario. Desde niña soy feliz bajo los focos, sin proponérmelo. La música me resulta un vehículo fácil y divertido para mi expresión, además de tener esa dosis de abstracción que me facilita un posicionamiento frente a la realidad… Pero me di cuenta de la parte más interna del canto cuando empecé a dar clases y a escucharme de verdad. Me sorprendió la cantidad de espacios internos que no había mirado, los matices que me dejaba por el camino, el tiempo que necesitaba realmente para que mi canto fuese verdad. El enseñar esos lugares y esos tiempos me hizo descubrir los míos. ¡Y cada día descubro uno!

«Conseguir el equilibrio entre el tipo de sonido que emitamos y el que nuestro cuerpo sea capaz de sostener y manipular en fraseo musical será el objetivo de cualquier aprendiz de cantante»

El trabajo de dar clases durante la pandemia fue muy revelador también. La gente necesitaba cantar, aunque fuese en el salón de su casa, solos. Fue un momento perfecto para la introspección y la autoescucha. Incluso el canto con mascarilla nos mostró la dirección de la voz, no directa, no empujada, sino resonante, pasando por nuestro interior antes de salir. Esta terrible situación también nos enseñó que necesitamos cantar juntos, sentirnos respirar y sonar y lo importante que es la armonía creada por varias voces, la vibración física transmitida por el aire común.

CANTAR CON MASCARILLA, por Laura Fernández Alcalde

El ser humano canta de forma natural e intuitiva. Comenzamos de niños, sin saber nada, por imitación en general de la voz materna. Pero eso no quita que al descubrir un coral de Bach, una canción de Debussy o de Brahms o una obra de Victoria o de tantos otros maravillosos compositores desarrollemos unas herramientas extras para poder gozar de la creación musical que alguien, en su personal necesidad expresiva, compuso para disfrute del ejecutante y del oyente. La técnica de canto no nos aleja de la naturalidad; nos acerca a la complejidad de la música y nos hace accesibles experiencias trascendentes. Y todos podemos aprender, sin excepción.

Y ahora vuelvo a preguntar: ¿y tú por qué cantas? 


MUNDO CORAL Nº IV